¿Qué tal estáis? Si habéis visto las uñas de mi último post, entenderéis por qué escribo este... Para los que no lo hayáis visto os enseño cómo están ahora mismo mis uñas.
Me encantan las uñas con purpurina, pero luego es un engorro quitarlas. Se tarda muchísimo y hay que estar frota que te frota hasta que conseguimos quitarlo del todo.
Para no desesperarnos quitándonos todos los copitos de purpurina os traigo este post.
Aviso, las siguientes imágenes pueden herir el sentido del gusto y la estética de algunas personas...
Vamos a necesitar un quitaesmalte, algodón y papel de plata (o papel albal, como prefiráis llamarlo).
Ahora cortaremos el algodón el diez trozos, uno para cada uña. Lo mismo haremos con el papel de plata. Los trozos de papel de plata tendrán que ser de unos 3 cm de alto por 6 cm de ancho (aproximadamente... no hace falta que saquéis la escuadra y el cartabón).
Lo siguiente es colocarnos el algodón, empapado en quitaesmalte, encima de la uña y rodear todo ello con papel de plata. Fijaos bien en que quede todo cubierto, no os olvidéis de la parte de arriba. Tenéis que dejaros los artilugios puestos, más o menos, durante 15 minutos.
Lo sé chicas, lo sé... sé que os parece precioso y que no podéis esperar a ver cómo queda toda la mano entera... pues ¡voilà!
Es horrible, lo sé... peor no veáis lo efectivo que es. ¡Juzgadlo vosotras mismas! ¡Ni rastro de purpurina!
Espero que os haya parecido interesante este post. Sé que estáis ansiosas, así que... ¡Corred a hacerlo!
¡¡Muak!!
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